Hey, te echo de menos. Me muero de ganas de contarte todos mis secretos. Ojalá pudiese llamarte cuando me apetece, y no hay nada que me apetezca más que hablar contigo como hacía antes.
Contigo lloraba, reía, me conocías tan bien...
A la que no cambiarías por nada en el mundo: me lo demuestras día a día.
No me puedo sentir más sola desde entonces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario