domingo, 28 de noviembre de 2010

M

Nos conocimos hace poco mas de un año, y en poquísimo tiempo nos hicimos inseparables.
Nos llamábamos todos los días, sin ninguna excepción. Hablábamos durante horas, de cualquier cosa. Sabíamos los secretos, miedos y esperanzas de la otra.
No nos veiamos entre semana, pero al menos una vez cada finde quedábamos.
Nos gustaban las mismas películas y los sitios donde tomar algo. Incluso a veces terminábamos las frases de la otra.
Cada vez que me pasaba algo me moría de ganas de llegar a casa, llamarte y contártelo todo.
Nos escribíamos cartas preciosas y compartíamos canciones.
No queríamos ir al colegio y teníamos las mismas ganas de estudiar.
Me hacías reír tanto que muchas veces lloraba. Me escuchabas y me hacías olvidar el pasado.
Nos entendíamos perfectamente.
Son recuerdos que, por lo menos yo, jamas olvidaré.

Cuando leas esto notarás que todo está en pasado. Y espero que te des cuenta de lo mucho que te echo de menos, porque para mí eres una amiga increíble y pensaba que nada nos separaría... Pero sin darnos cuenta ahora estamos más distantes que nunca.
Te echo demasiado de menos y ojalá pudiera contar contigo como hacía antes.

domingo, 7 de noviembre de 2010

I

Desea no haberle conocido, porque desde entonces no hay día en el que no piense en él.
Recuerda el día en el que le vió en una foto. Recuerda la noche en la que se acordó de él. Recuerda la sonrisa dibujada en su cara justo al día siguiente, cuando se enteró de que por fin iba a conocerle. Recuerda muy bien el 1 de julio, y la decepción que se llevó al no verle. Recuerda dos días después, cuando por fin le conoció.. en esa esquina. Recuerda el 6 de julio, cuando le vió en la parada. Y recuerda todos las sonrisas, angustias y sueños que presenció durante todo ese mes.


Uno de los recuerdos más bonitos fue el día que hablaron a través del cristal, pero señas y que los dos se rieron... Recuerda cuando le vió de lejos caminar por la calle, con sus vaqueros claros, las Ray-Ban en los ojos, el Malboro en los labios y esa pinta de chico malo, que se esfumaba totalmente cuando sonreía. Por que ella sabia como era realmente.
Recuerda sus vaciles, sus risas, sus apuestas... Su forma de hablarla.


Recuerda cuando corría por la calle para verle 3 minutos. Recuerda que fingía estar en las nubes y no darse cuenta de que el estaba allí. Tenía aire de indiferencia, pero muy dentro pensaba te quiero cada segundo a su lado.


Recuerda cuando se sentaron en aquel banco a hablar. Pero despues de 3 minutos se levantó y se fue. Recuerda sus conversaciones y su forma de mirarla.


Recuerda su último día, cuando todo estaba planeado.
Y se sigue preguntando qué pasó por su cabeza cuando la vió correr, saltar y reír. Y recuerda cuando le acarició el pelo y cuando se despidieron con dos besos en la mejilla.


Han pasado 4 meses desde entonces, y aun no ha conseguido olvidarle.
No fue un hasta luego, fue un adiós.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Noviembre.

Es  otoño, llega el frío, la lluvia, las hojas de plátano bajo los pies.
Ya te adaptas a la rutina, a los días cortos y a la moda de llevar gorros y abrigos de pelo.


Han pasado dos meses y cuatro días desde que le dijo adiós al verano y a su sabor.  Ella ve el verano como un sueño, totalmente diferente a su vida real. Cambia de personalidad, es como realmente ella quiere ser vista. Y descubre su lado más salvaje. Llora, ríe, canta, baila, salta, habla, escucha y lo mas importante... se vuelve soñadora. 
Con la playa, el mar, las olas, la arena, el sol, las estrellas, los pantalones cortos, las gafas de sol... Y su favorito: conocer y compartir momentos inolvidables con gente a la que a lo largo del resto del año no ve. Que tienes vidas diferentes, secretos y preocupaciones que en vacaciones se olvidan. Gente que se vuelve imprescindible sin que ella se de cuenta, hasta que llega a casa un día cualquiera de invierno y se encuentra una piedra, una carta, una pinza o sin querer se da cuenta de que una pulsera que simboliza el no-olvido sigue en su muñeca. Y justo en ese momento es cuando se da cuenta de que esas personas con las que comparte un mes al año son casi tan importantes como nuestros amigos más cercanos. Porque si lo piensa, ellos la han conocido tal y como es. Ella no quería, pero sin darse cuenta acabó confiando tanto en ellos que les contó sus miedos, secretos y preocupaciones de su vida real. 
Quiere verles, odia la rutina, los planes hechos, los horarios, el saber en que día vives, el tener que llevar reloj...
Quiere verles, hacer locuras y llegar tarde a casa. Quiere ser irresponsable, montarse en una moto e ir a Sancti Petri para tomarse Mohitos; dar paseos en la playa por la mañana y sentarse en el cesped a descansar; vivir de esa libertad y dejarse llevar; disfrutar del silencio; cerrar los ojos y sentir los rallos de sol oscurecer tu piel poco a poco...

Ya nada sigue igual, todo ha vuelto a empezar. Se ha despertado de su sueño de verano. ''¿Y ahora?'' - se pregunta - ''Ahora solo queda esperar.''

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ella, y...

Sus ganas de vivir, su visión del mundo, sus deseos más ocultos, sus sueños, sus realidades, sus canciones, su psicología, sus gustos, su sentido del humor, sus olvidos, sus esperanzas, su armonía, su tristeza, sus carcajadas y las ganas de querer sonreír de felicidad.
Todo es tan diferente... Se dice a sí misma que la vida no es una película, que nada esta escrito y que la libertad está en la palma de su mano.
Al repetírselo tantas veces empieza a creérselo. Pero sale a la calle dispuesta a comerse el mundo, de repente se detiene, no sabe si es miedo, vergüenza o realidad. 

Pero ella sabe que sueña más con los ojos abiertos que cerrados. Sabe que nunca va a conseguir quitarse esa máscara que le tapa la cara, que no deja que los demás la contemplen. Lleva maquillaje, por si alguna vez alguien se acerca demasiado y consigue extraer el antifaz. Ha pasado alguna vez, pero ella no conoce la franqueza ni la sinceridad, prefiere huir y dejar atrás a esa persona que se acercó demasiado.

Sabe escuchar, pero no hablar. Esconde sus sentimientos, oculta su tristeza, silencia el daño del amor y tapa las lágrimas con una sonrisa.
El dolor es tan fuerte que ya ni se reconoce al mirarse al espejo. ¿Cómo pudo doler tanto?¿Cómo te ha hecho cambiar? 
Quiere levantarse; olvidar el pasado, centrarse en el presente y cambiar el futuro; quiere vivir lo que sueña; quiere que los demás la vean como ella realmente es.

Y hoy lo va a lograr, va a imaginar, a conseguir el impulso con el que sueña desde hace mucho, va a ganarle el pulso al dolor, va a sonreír, pero esta vez de verdad. Va a verse como realmente es, va a lograr el control.
Algo que le deje sin aliento.